Los personajes de la Primavera de Botticelli

botticelli primavera media

Junto con el Nacimiento de Venus, la Primavera de Botticelli es sin duda la obra más famosa de la Galería de los Uffizi.

En la pintura hay nueve personajes, más o menos alineados en el primer plano. Dos hombres, seis mujeres, una en el centro y un poco por detrás en comparación con las otras, por encima de la cual vuela un querubín alado.

Las figuras son elegantes y armoniosas, y se encuentran en un jardín, confinado por de un bosque. En la representación de las plantas y del césped, Botticelli realiza una obra maestra de precisión, representando 190 tipos diferentes de plantas, elegidas entre aquellas que florecen en el campo florentino entre marzo y mayo.

La interpretación de la obra es compleja y misteriosa, ya que parece contener un lenguaje codificado, que sólo alguien que formaba parte del círculo íntimo de los intelectuales humanistas de la época era capaz de entender completamente. Las referencias literarias, filosóficas e iconográficas son numerosas y complicadas: haciendo referencia a la filosofía neoplatónica, a la literatura humanística y aquella latina más leída en ese momento, se han dado diferentes interpretaciones.

De acuerdo con la más tradicional, la pintura se “lee” de derecha a izquierda. A través del mito, se muestran unas verdades morales. La escenase desarrolla en el jardín de las Hespérides, donde crecen las manzanas de oro de la inmortalidad.

La primera persona a la derecha es Céfiro, el viento que acompaña la llegada de la primavera, representado mientras secuestra a la ninfa Cloris, de cuya boca salen unas flores. Después de su unión, la ninfa se transforma en la diosa Flora, protectora de los trabajos agrícolas y de la fertilidad femenina.

Gracias a la mediación de Venus, la diosa en el centro de la pintura, el amor físico e irracional de Céfiro y Cloris, se eleva y perfecciona. Por lo tanto nos encontramos con las tres Gracias, representantes tradicionales de la liberalidad: la flecha de Cupido, de hecho, se dirige a ellos. A la izquierda, por último, hay Mercurio, ocupado con eliminar las nubes del cielo, para defender la perfección del jardín. Gracias a él, el amor consigue un nuevo incremento, hacia las esferas celestes.

Una lectura estrechamente relacionada con la Academia neoplatónica de Careggi. Sin embargo, a lo largo del tiempo los historiadores de arte han propuesto otras, históricas, alegóricas o literarias. En resumen, hoy en día seguimos admirando esta obra maestra y tratamos de interpretarla, aun sabiendo que nunca podremos eliminar totalmente el misterio que la rodea.