Giotto, una vida llena de leyendas

Uffizi Giotto

Giotto di Bondone (1267 ca-1337) es considerado uno de los artistas más importantes de la Edad Media y su vida está llena de anécdotas curiosas, muchas de las cuales son el resultado de leyendas. Giotto nació en el campo de Vicchio, en Mugello, en una familia de campesinos que se trasladaron a Florencia y se dice que hayan confiado el hijo al taller de Cimabue. Según otra versión, Cimabue vio al joven Giotto mientras que él, que era un pastor, estaba dibujando una oveja en una roca, en el campo de Vicchio. 

Hay muchas historias sobre la capacidad extraordinaria de Giotto de dibujar a mano alzada: según Vasari él sería capaz de realizar unos círculos perfectos sin necesidad de utilizar el compás: la famosa “O de Giotto”. 

Otro episodio todavía con Cimabue: mientras él estaba distraído, su alumno dinujó una mosca en la tela en la que él estaba trabajando y, al creerla real, él trató de alejarla con la mano. Este hecho convenció al maestro que el alumno le había superado y que había llegado el momento para él para abrir su propio estudio. 

No sabemos si Giotto fue realmente alumno de Cimabue, aunque si sus nombres a menudo se han asociado, también por cuestiones estilísticas. Esta formación habría permitido al artista de Vicchio de seguir Cimabue a Roma: aquí quizás conoció a Arnolfo di Cambio, quien lo hizo trabajar en Asís. Por lo tanto se trata de hipótesis, porque las historias sobre Giotto son muchas, y tratan de contar unas partes de su vida de la cual no se sabe nada con seguridad. 

Se dice, por ejemplo, que era un hombre muy feo: probablemente estos rumores se deben a sus orígenes campesinos, ya que en el campo las deformidades eran muy frecuentes. Aunque ya era un gran artista en Florencia, no se olvidaba de dónde venía…

Los documentos de los que disponemos describen un hombre muy bueno para interpretar artísticamente la nueva clase social ascendente: la burguesía. El carácter concreto del arte de Giotto era muy apreciado y él trabajó en muchas importantes ciudades italianas: Florencia, Asís, Roma, Bolonia, Padua, Rimini…

Sin embargo, él tenía también otras actividades: en particular, alquilaba los telares a los tejedores que no podían comprarlos, y obtenía tasas muy altas.

Lo recordamos por la inmensa contribución al arte occidental: es él que ha abierto el camino a Masaccio y al Renacimiento. Justo el interés en esta personalidad tan importante pero distante en el tiempo, ha dado espacio a la aparición de muchas pequeñas y grandes leyendas. 

Entre las muchas obras presentes en Florencia, la más grande es el campanario de la Catedral, que él nunca vio completado. De hecho murió durante los trabajos, en 1337, y fue enterrado en la cripta de la Catedral.